Sin lugar a dudas, para cualquier pescador no hay mejor forma que comenzar un año, que pescando… Sea donde fuere, pero en el agua y con una caña en la mano. Y si la propuesta es Corrientes, mucho mejor.
EL PROGRAMA
Para arrancar bien el año,
decidimos con Héctor y los amigos, Néstor Medina, Carlos Cristini, Cabeto
Kurtzemann, y nuestro guía Marcelo Callegaris, pasar una semana pescando en
Scorza Cué. Un paraje hermoso y de los más renombrados de nuestro Paraná.
Ubicado entre las localidades de Itatí e Itaibaté que ofrece excelentes
sectores para practicar Fly Fishing. Así planificamos este viaje con gran
expectativa y dispuestos a realizar varios relevamientos.
Uno de nuestros objetivos era
intentar en forma eficiente la pesca del pacú con mosca, una especie que si
bien ya ha sido pescada en esta modalidad, siempre fue esquiva. Por su
condición de omnívoro, en ciertos momentos del año y/o con determinadas
condiciones, basa su dieta particularmente en frutos de plantas y árboles que
crecen en la rivera. En la zona, otras especies se alimentan de los mismos, por
lo que los pira pitas y las bogas no estaban ajenos a nuestra ansiedad y desde
ya, la estrella de siempre, el dorado.
Para ser francos, no íbamos a
la deriva, Néstor y su amigo del alma Miguel Mijaluk (chaqueños), desde hace
varios años vienen haciendo pruebas. Héctor animado por Néstor, tuvo la
oportunidad de compartirlas el último febrero y los demás, si bien todos ya
pescábamos habitualmente pira pitas y algún que otro pacú con Chertnovil y
streamers, estábamos intrigados por la eficiencia de nuestras “nuevas moscas”.
Ya en el viaje de ida,
conversábamos con Héctor y Marcelo de lo importante que sería poder descubrir
la técnica justa, que nos permita pescar las tres especies más buscadas del
Paraná por los pescadores con mosca. Y como todo buen mosquero (optimista por
naturaleza) pensábamos en lograr el Grand Slam Argentino, poder pescar las tres
especies en el mismo día, y si sumábamos la boga podría ser, al igual que en el
Caribe… ¡El Super Grand Slam! Y sin contar del pira yagua (chafalote). ¡Uuhhhh!
Así fueron los 800 kilómetros que separan Rosario de Scorza Cue, inquietos,
entre charlas, carcajadas, mates y atado de moscas.
Al arribar a destino, nos
encontramos con el resto del grupo y en el transcurso de la cena programamos la
pesca del día siguiente. Formamos dos grupos en dos embarcaciones y decidimos
arrancar bien temprano por la mañana, las 6 fue la hora indicada. Carlos,
“Cabeto” y Marcelo hicieron base en el famoso Parador DOÑA MARTA y junto a
Héctor y Néstor nos dirigimos a las cabañas de la bajada Rzepecki, a descansar
y soñar con el día siguiente.
LA PESCA: DIA 1º
El despertador sonó a las 5
a.m. y ya la pava comenzó a calentar el agua para los infaltables mates
previos. Contrarrestando con lo habitual en esta época del año, el clima estaba
muy agradable, nubarrones de tormenta rodeaban la zona por lo que el termómetro
prometía perdonarnos. Ya estaban las dos lanchas amarradas en el muelle y cada
uno armó sus equipos. Hicimos varias combinaciones, yo particularmente utilicé
caña Orvis Helios 908-4 con línea de flote para pacú, pira-pita y boga y Orvis
Helios 910-4 con línea de hundimiento para dorado. La verdad es que armamos
todo una Hydros #6, otra Hydros #9 con líneas Wonderline Salwater (aguas
cálidas) y la infaltable Clear Tip. La idea era tener todas las variables
posibles para poder hacer un relevamiento completo.
Salimos juntos río arriba y
las primeras moscas que cayeron al agua fueron nuestras Andinos, y los piques
no se hicieron esperar, varios dorados tomaron vorazmente y en no más de 3
horas ya habíamos fotografiado más de 10 hermosos ejemplares, entre 3 y 5
kilos, gordos, sanos y con una gran vitalidad. Tanto Héctor como Carlos,
tuvieron dos cortes de dorados muy grandes que reventaron los tippets de 30lb.
Indiscutiblemente la técnica de Marcelo Callegaris, guía y conocedor de la zona, es realmente perfecta. Con una embarcación con dos plataformas de casteo y montada con motor eléctrico, se flotan casteando kilómetros de costa. La pericia del guía para acomodar la posición del pescador respecto al lugar de pesca es importantísima. En esta zona, el Paraná, tiene varios brazos secundarios, pequeños riachos, lagunas dentro de las islas, realmente un paraíso, y de más está decir que el agua la mayor parte del tiempo es sumamente clara. Por supuesto, todo depende de la altura en que se encuentre el río. Es por ello que realizando la flotada, podemos encontrarnos con un sector ideal para dorado, y cuando este termina, comienza un sector ideal para pacú o pira pita, por lo que no solo se cambia de caña, sino que se renueva la ilusión y se está pescando de una forma totalmente distinta,algo que pasa en pocos lugares de la Argentina.
Así fue que con imitaciones
de frutos, en colores negros, verdes, rojos y amarillos, comenzamos a sacar
nuestros primeros pira pita. Lanzando nuestra mosca debajo de los árboles
buscando imitar la caída de estos frutos, el sonido y la trayectoria de las
“Fruit Fly” hacían que alguno saliera desde abajo y tomará la mosca sin
dudarlo. La técnica es castear con línea de flote, y dejar que el fruto se
hunda y derive… Al igual que la pesca con ninfas, veremos como la punta de
nuestra línea de flote pega una pequeña corrida y ese es el momento de clavar.
Antes del mediodía ya habíamos capturado más de cuarenta pira pitas entre las
dos lanchas, tanto de la especie amarilla como de la plateada, de un tamaño
pequeño, entre 500 gramos. y 2 kilos, pero con una combatividad admirable.
Alrededor del mediodía
dejamos de pescar, ya se hacía sentir el calor Correntino y decidimos que era
hora del asado. Durante el almuerzo intercambiamos experiencias y todos
coincidimos en que probablemente no habíamos tentado ningún a pacú por el
horario, quizás a la tarde o a última hora sería el momento justo. Ya con dos
de las tres especies logradas, solo restaba el pacú. Como el permit en el
Caribe… la figurita difícil.
El horario de salida de la
tarde fue a las 16 y esta vez decidimos separarnos. Marcelo junto con Carlos y
Cabeto optaron por dirigirse aguas abajo, según el guía las condiciones estaban
dadas para poder sacar un buen dorado, en cambio nosotros probaríamos volver
aguas arriba, donde habíamos visto y no pescado, un sector muy lindo de
árboles cargados de frutos que derramaban sobre el agua. Así fue como flotamos
aproximadamente 2 kilómetros., a un ritmo muy lento pero constante, poniendo
nuestras imitaciones en cada huequito que aparecía. A los pocos minutos se
produjo la primera sorpresa, en un trayecto de unos 200 metros. tuvimos varios
piques y conseguimos 8 capturas de boga. Una especie muy combativa y con
escasos antecedentes de pesca con mosca. La mayoría eran “bogas de tres
puntos”, lo que le da un cierto parecido al bonefish, salvando las distancias.
Esto entonó al grupo y devolvió la esperanza de conseguir el pacú.
Estimo que pudo haber sido en
los últimos 100 metros de la segunda bajada, ya la sombra cubría por completo a
nuestra embarcación, y solo se filtraban algunos rayos de sol entre las
plantas, cuando de repente, mi línea de flote desapareció de la superficie y se
hundió dejando solo la marca en el agua. Una corrida veloz hacia abajo, y no se
hizo esperar el grito de Néstor….¡PACÚÚÚ! ¡Eso es un PACÚ! Tengo que confesar
que nunca había sacado uno con mosca, me sorprendió la potencia y la duración
de la pelea, fueron 20 minutos en los que la adrenalina no dejó de fluir. Al
lograr subirlo a la lancha, explotamos de alegría, teníamos lo que habíamos ido
a buscar: un Súper Grand Slam.
Ni bien pudimos volver las
pulsaciones a ritmo normal, remontamos el tramo perdido por la pelea, y nos
dimos cuenta que no había sido casualidad, evidentemente era el horario, y era
el lugar... Al segundo cast, Héctor clava otro hermoso ejemplar de
aproximadamente 4 kilos, que logramos subir y fotografiar, luego otros tres más
chicos, y perdimos dos más por cortes. En resumen, en la última hora de pesca,
logramos capturar 5 pacúes y perdimos dos clavados en la pelea. Algo que nos
había llevado años, lo habíamos conseguido en un par de horas.
Al dar por finalizada la
increíble jornada, nos amarramos al muelle de Rzepecki para esperar a Marcelo,
que había llevado aguas abajo en busca del gran dorado Carlos C. y al querido
Cabeto (nuestro Escribano). Por fin, cuando estaban arrimando su lancha al
muelle, mi ansiedad pudo más y al grito de “ Necesito un escribano que constate
un Súper Grand Slam” recibí de respuesta, -Este escribano no trabaja más … No
solo ya tuve que constatar uno, sino que además certificar que fue…¡Un dorado
de 15 kilos!.. Las risas y bromas entre los 6 no se hicieron esperar, y cámara
en mano, bajó Carlos con las fotos de un muy lindo Pacú, varios dorados
importantes y ese impresionante de 15 kilos!! La felicidad de los seis era
realmente admirable, cada uno, de una u otra forma había pasado un día
increíble, cargado de emociones y sorpresas y todavía nos quedaba un día más…
Durante la cena en Doña Marta se repetían los brindis y festejos, mientras pasaban de mano en mano las cámaras con fotos inolvidables, fruto de la pesca. Hubiera sido una buena idea colgar las cámaras en las viejas gancheras y también… ¡Sacarles una foto!
LA PESCA: DIA 2º
El plan para el segundo día
era similar, seguir intentando el dorado en las zonas de más intensa corriente
y palos en el agua, y concentrarse en el pira pita, pacú y boga en las zonas de
aguas más lentas con árboles con frutos. Héctor lo describió como solo el
podría hacerlo… El Pacú se encuentra en aguas no tan rápidas como las del
Dorado ni tan lentas como las de la Tarucha.
Y así, comenzó un nuevo día…
A las 6 a.m. firmes arrancamos la pesca. No pasó mucho y comenzaron las
capturas de Dorados y de Pira Pita exactamente igual que la primera mañana,
pero con un cambio… Otra vez los sorprendidos fuimos nosotros, varios dorados
inclusive de muy buen porte, aparecían por debajo de la embarcación atacando a
los pira pitas que teníamos clavados. Varios de ellos fueron literalmente
“partidos al medio”, atacaban con tanta voracidad, que uno de ellos quedo
clavado en la mosca que tenía el “salmoncito” y logre pescarlo.
Esta vez el cielo estaba con
pocas nubes, el calor se sentía mucho más que el día anterior. Siempre
cubiertos con camisas de mangas largas, buff, guantes, y gorros, todos con
protección UV. (Por las dudas, nunca olvide llevar repelente de insectos).
Cerca del mediodía empezamos a sentir la necesidad del descanso. Al medir la
temperatura ambiental, estábamos en los 37º y el agua en increíbles 28º.
Motivos suficientes y necesarios para convencernos y “decretar” que el pique se
había cortado. Más allá de cualquier realidad, el calor nos azotaba.
Otra vez en las cabañas de
Rzepecki, fieles al asado, y Marcelo con su grupo regresando. Ellos habían
conseguido capturar otro gran dorado de 10 kilos y varios no tan grandes. Les
había pasado lo mismo que a nosotros con dorados que atacaron sus pira pitás.
Después de la siesta, con un
buen aire acondicionado, fundamental para un real descanso, encaramos la última
tarde con las fuerzas renovadas. Esa tarde no inventamos nada, repetimos la
misma rutina del día anterior, y con el mismo resultado. Los pacúes en el mismo
sector y picando a la misma hora y entre ellos otros lindos ejemplares de boga
y varios pira pitas.
El final de la jornada nos encontró con un hermoso atardecer litoraleño
EN RESUMEN
En los dos días de pesca: se
capturaron varios Dorados, Carlos sacó los dos más grandes, uno de 10kilos y
otro de 15; 16 increíbles Pacúes, todo un record con mosca; 8 “novedosas” bogas
y muchos, pero muchos pira pitas, no tan grandes como el año pasado, pero fantásticos,
en total se lograron 4 Grand Slam y 2 súper Grand Slam, por lo que
tranquilamente podemos decir… Satisfacción garantizada…!!!!!!
EQUIPOS
Los dos dorados más grandes
fueron conseguidos con una caña Orvis Helios Nº 8 y Línea Orvis Wonderline
Clear Tip. Usamos moscas Andino 3D de unos 15cm de largo atadas en anzuelo 3/0,
con cuerpo de Slinky Flash y cabeza de Craft Fur.
Siempre tenga en cuenta que
el tippet es el fusible de su equipo, no supere las 30 Lbs., verifique el
estado de los nudos y la resistencia del backing. Igual para el leader o cable
de acero (Shock Wire).
En cuanto a los pacúes,
pira-pitas y bogas, fueron capturados con Helios Nº 8, líneas Wonderline Tarpon
o Bonefish. Es importante por la temperatura del agua usar líneas de Flote para
aguas cálidas o de “amplio rango de temperatura”.
Moscas imitación de frutos de
epoxi o similar. Practique su lanzamientos antes de partir, necesita cierta
sutileza para imitar en su caída un fruto real.
No hay que descuidarse con la
potencia del equipo, la mayoría de los pacúes que capturamos fueron de 3 y 4
kilos (podrían ser más grandes), además es relativamente frecuente pescar
pira-pitas “salmones” de 3, 4 o más kilos. Todos pelean mucho y muy bien.
Los anzuelos que usamos en
estas moscas fueron en tamaño 1/0 y 2/0 de Gamakatsu SC15, Owner 5115-113 y
Daiichi 2553. También en este caso es necesario utilizar pequeños leaders de
acero de unos 10 o 15 centímetros.
Texto: Lalo Dela Croce
Fotos; Hector Trape / Nestor
Medina /
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